miércoles, 11 de marzo de 2009

AL FILO DE LA CANASTA.


CUESTION DE PRIORIDADES

No hace mucho tiempo (casi treinta años), en los devaneos que se presentan en la vida, me encontré con un peculiar personaje que por suerte o por desgracia hizo las funciones de maestro durante diez horas diarias. Era una persona muy recta con sus pupilos, pero sumamente afable con los de la calle, tenía una doctrina terriblemente añeja, que por supuesto, practicaba, inculcaba y obligaba a ejercer a todo titirimundi. El permiso y la subida, eran dos palabras prohibidas, castigadas con el despido directo, pues el permiso es lo contrario a producción y la subida directamente proporcional a menos beneficio (para él, claro está), por lo tanto, el día a día, requería un gran esfuerzo evitando malos pensamientos, igual que a curar las llagas producidas por morderte la lengua. En el afán de dominar todo lo que rodeaba su agobiante presencia, sufrió varios infartos, adolecía un mal carácter que le obligaba a permanecer impasible ante cualquier revés que le presentara la vida, incluso llegué a pensar, si el final de sus días fue tan estéril como su propia existencia, pero claro está, todo es cuestión de prioridades, lo que para uno es indispensable, para otro es superfluo, con lo cual todo habita en el mundo de la relatividad.

Pero Vds. estarán conmigo, que en esta vida, realmente pocas cosas son importantes y una de ellas, si no es la que más, es la salud, causa primordial para el que padece una enfermedad grave y a todos los que le rodean, hay cosas, que si no las haces hoy, quizás mañana, sea demasiado tarde. Por eso, en este deporte de la canasta, como en todos los deportes, se forman guerreros para enfrentarse al éxito o el fracaso, desde pequeños se educa a practicar el compañerismo y la lealtad, cualidades que en ningún caso están reñidas con la responsabilidad, virtud innata en cada persona y por supuesto muy cultivada en personas de creencias religiosas profundas, es en esos momentos cruciales, tal y como está viviendo el Sr. Simien, cuando uno mismo toma la decisión de hacer lo que dicta la conciencia, acatando las consecuencias derivadas de nuestros actos, porque la vida, sencillamente es cuestión de prioridades.

Desde este blog, agradeciendo la oportunidad que me brinda el director del mismo, en reflejar mi humilde opinión todos los miércoles y con el permiso de todos Vds. no tengo más remedio que agradecer a D. Wayne Anthony Simien, Jr los magníficos momentos de baloncesto que nos ha brindado, que Dios le de toda la fuerza necesaria para afrontar tan delicado momento y quedamos en la distancia impacientes por volver a ovacionar a nuestro querido guerrero.

Guardián de la Torre

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena forma de ver las cosas Guardián, claro que hay prioridades en esta vida, pero también responsabilidades, Simien creo que obra bien en ir a ver a su primo que considera su hermano, pero creo que como en todos los trabajos hay un tiempo que se les debe dar, pero en todos los trabajos sabemos que despues de ese tiempo que nos corresponde por la enfermedad de un familiar, debemos volver a nuestro trabajo con el cual estamos comprometidos y del que comemos, por eso doy todo mi respeto al Sr. Simien, pero también tiene un compromiso con el club ¿o ya no?....

Anónimo dijo...

Eniendo la manera mas sencilla del asunto que mira el Guadian de la Torre para el que solo tengo buenas palabras por como trata en su columna la actualidad del cáceres. Pero discrepo totalmente en el fondo de la cuestión tal y como la tiñe mi admirado guardian. La prioridad que nos imprime la vida, obtiene sentimientos encontrados entre, llegado este caso,las prioridades. Para muchos y como bien escribe el Guardian, la prioridad de Simien es estar donde el considera estar. Para otros muchos, como para Julian, mas en lo practico, todo debe tener una debida medida. Pero, ¿ quien administra esa medida?. En una vida laboral normal, esta estipulada por ley, tal y como se ve el caso del que hablamos, mucho me temo que ese baremo no es aplicable. El deporte de elite, y me da que el baloncesto más, lleva otro tipo de derroteros que no tiene esa, aduana entre lo que para unos es legal y para otros no. Parece que todo se remite al compromiso, alejando el asunto de grado de consanguinidad como pudiera ser en el trabajo "normal".
Espinoso tema, no hay duda, eso si, sin olvidad que Simien aun estaba lesionado, el daño colateral en esta situacion, queda manifiesto a espensas de prioridades, reales para unos, prioritarias para otros y no tan justas para unos terceros.

nono.

Anónimo dijo...

Y tan espinoso tema nono, lo que si está claro es que el club es el que debiera dar explicaciones (que no da, ni dará) porque aunque esto sea un deporte también es un trabajo y un compromiso con un club y no se puede ir uno de esa manera por tiempo indefinido sin saber ni si quiera si volverá, se ha llevado todas sus cosas, ha entregado las llaves de la vivienda, las llaves del coche, ¿eso que significa? yo creo que está claro ¿no?
Supongo que el club tiene todo esto bien atado porque no creo que sus arcas esten tan repletas como para pagar coches, pisos y nóminas de alguien que no está cumpliendo con su contrato, pero como en otras ocasiones da la callada por respuesta.

Anónimo dijo...

En cualquier trabajo para los asuntos de enfermedades de los familiares directos te dan unos días, (en función del convenio, el lugar y el parentesco) y aquí no se sabe cuando volverá o si volverá.
Le deseo lo mejor para los suyos, pero el se debe a su empresa, que en este caso es el Cáceres 2016.

Anónimo dijo...

En la mayoría de los trabajos, a nadie le dan días por la enfermedad de un primo (como por un lado se comenta que es el caso de Simien), si es verdad que por un hermano si te corresponden días (en algunos medios se comenta que es su hermano).De cualquier modo el Club debería dar explicaciones claras de como está la situación y no dejar que cada uno saque sus propias conclusiones.
Si la situación es tal y como la cuenta Mario, el tema está muy claro, se ha marchado para no volver ni a por el finiquito.
A su primo o hermano, le deseo lo mejor.
Un saludo para todos los aficionados.