SOLO UNA POSESIÓN.

UN DIA DE PERROS.

Enroscado, mi perro, pronostica el tiempo venidero mejor que cualquier meteorólogo de la tele. El animal, barrunta el frío como nadie y suele ocupar espacio en el sofá cuando se queda solo en casa, o busca un rincón apartado debajo de una mesita que parece quedar oculta de cualquier corriente. Digo yo, que se tratara de una cuestión de supervivencia, teoría que toma fuerza, cuando el animal es reñido, por cualquiera de mi casa, ocupando el mismo rincón, en esas contadas ocasiones en las que hace cosas que no entra del todo, dentro del gusto humano.

Alejando las comparaciones, el viernes por la noche, el dueño de este blog, el Sr. Bola, hizo de perro y suponiendo un cambio de temperatura, buscó su cobijo bajo la mesita, cuando, una vez terminado el partido que, nuestro equipo perdiera de forma infausta ante Axarquia, utilicé mi teléfono, para ponerme en contacto a modo de respuesta a su llamada tras el partido de Lugo, ¿Recuerdan?. Para quienes no lo hagan, mirar entrada de este blog de fecha 30/10/09.

Fueron tres intentos nulos, pero el editor de este espacio, debiera estar muy ocupado para contestarme, seguro que preparando la crónica de tan abismal desaguisado.
Pero como uno es mal pensado, y la mala baba aumenta en proporción al ridículo hecho por el equipo que te representa, no quedaba mas que intentar echarle en cara, el no diagnosticado pesimismo del que fuera acusada mi persona, y que me obligó a explicar, en este, su espacio, amablemente cedido.

Como no me contestó a las llamadas, no pude explicarle que el pesimismo, se torna en eso, cuando las opciones de optimismo van disminuyendo. Ahora que han pasado unas horas sobre el partido del pasado viernes, no entiendo si mi aptitud pueda ser de pesimismo. Una gota no debe hacer océano, pero si es cierto que poco a poco vamos teniendo un charco.

Entiendo que a mi perro, no puedo pedirle que sea como un humano, a pesar de que hay humanos peores que los perros, como concibo que, cuando uno se pone el traje de aficionado, es complicado pensar que no se hagan las cosas como tu especulas que debieran realizarse. Para ello, te llevas por delante, cuando las cosas no son de tu agrado, a cualquiera que se ponga, -metafóricamente escribiendo-, en el punto de mira, independientemente que sea tu perro o no.
El deporte y la relación con este, por parte del aficionado, hoy, es así. Un día en el altar, al siguiente en el campanario a punto de soltarte.
Y todo, no precisamente, por las dosis de pesimismo presunto, de quien se sienta en la grada o en el sillón de su casa, pueda descargar.

Pensaba decirle esto a mi querido amigo Bola, pero amablemente me dio calabazas. No estaba para charlas tras el partido ante el Clínicas, mientras, mi perro estaba bajo la mesita, no se si por el frío que se avecinaba o por que hubiera hecho algo mal. Por cierto mi perro se llama Chipi, no sean mal pensados.

Romualdo.