miércoles, 2 de diciembre de 2009

AL FILO DE LA CANASTA.


LA AMBICION.

¿Recuerdan Vds. a ese guerrero que formó parte de nuestros colores, de pelo afro, sonrisilla socarrona y talante alegre?, el bueno de Pollito Peña, Kelvin, pues bien, sólo contarles que me acuerdo mucho y largo de su persona. A pesar de la distancia, pues ahora milita en el Marineros de Puerto Plata no es ningún barco de pesca, ni nada parecido, es un equipo de República Dominicana. En el verano del 2008, decidió este gran jugador y mejor persona, volver a su lugar de nacimiento para deleitar a los suyos con su juego, una forma fresca de expresar el baloncesto, sencillo, sin estridencias pero con la contundencia de un crac en su categoría. ¿Recuerdan Vds. sus triples, los contraataques, sus asistencias…?, seguro que si, desde luego, consiguió llenar nuestro espacio canastero de grandes momentos. Pero aún quiero llegar más lejos, demostradas todas sus artes, había algo en él que le servia de cable conductor para engrandecer sus cualidades, “la ambición”, puedo verlo rasear en vuelo libre rozando el parquet con su brazo estirado hasta el infinito en un intento desesperado por recuperar una bola, lanzar desde posiciones imposibles, arriesgando, sin temer errar y perder lo conseguido en un buen partido, asumiendo la ultima responsabilidad con todo el coraje de un líder.

No pretendo, ni mucho menos, lanzar mensajes entre líneas, no señores, ni tampoco empequeñecer a nadie perdido entre comparaciones, mi intención no es otra que trasladar a vuestras mercedes a un tiempo pasado, ni mejor, ni peor, pero sí repleto de ambición. Ahora que la diosa fortuna no nos sonríe, resulta sumamente agradable recordar los buenos momentos, soñar, para que su influjo resucite la inercia necesaria para convertir los sueños en realidad, pensar positivamente y luchar contra la apatía que generan los malos resultados.

De vez en cuando, paseando entre blasones, ménsulas y tragaluces pienso en los hombres que construyeron con piedra nueva la que hoy es una torre de piedra añeja, a todos mi admiración y respeto, para los actuales protagonistas de esta historia, pido continuidad en su mantenimiento, una buena dosis de trabajo que mejore las almenas, pues de cimientos andamos bien, pero el almenaje se desmorona después de los últimos ataques enemigos, de esta vez no solucionamos con maravedíes, si no con aptitud, renovar la ambición no estaría nada mal.


EL GUARDIAN DE LA TORRE.

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