SONORO RIDÍCULO.

El Socas Canarias ridiculizó al Cáceres.

Los aurinegros, con una gran labor defensiva y con acierto arriba, llegaron a ponerse con +27 Guillén, Jakim y Chagoyen, con la ayuda del debutante Hanke, aportaron 53 de los 92 puntos La "catedral" hizo la ola en la que ahogó al rival

4/mar/10 07:50
diario el dia. ( Tenerife) .
s. canarias 92
cáceres 67

Socas Canarias :Urreizti (8), Heras (11), Rost (2), Guillén (22), Donaldson (20) -inicial-, Garrido (0), Chagoyen (11), Hanke (4), Yáñez (11), Cage (3), Marrero (0) y Ormazábal (0).

Cáceres: Cherry (9), Sánchez (4), Angulo (13), Naymick (2), Taggart (16) -inicial-, Sanguino (2), Dedas (5), González (0), Forcada (9), Berzins (5), Sala (2).

Árbitros: Miguel Ángel Garmendia y Susana Gómez. Muy bien. El principal en su línea y Susana ofreciendo un recital de buen arbitraje, acertando en decisiones como el campo atrás de Heras, en la antideportiva a Dedas y en el bloqueo ilegal de Berzins.

Parciales16-6, 32-18, 46-25, 56-34; 66-47, 77-54, 85-60 y 92-67.

Incidencias: Pabellón Ríos Tejera, con unos 1.900 espectadores. Presencia en las gradas de los atletas Germán Millán y Simón Siverio, subcampeones de España con el Tenerife CajaCanarias, ovacionados por la afición canarista.

AGUSTÍN ARIAS, La Laguna

Si se tratara de una crónica sobre una velada boxística diría que el Socas Canarias venció al Cáceres por ko técnico en el segundo cuarto, cuando se colocó con +25 (56-31) a dos minutos del descanso. Cierto fue que el ¿equipo? de Gustavo Aranzana reaccionó en el arranque del segundo tiempo, con un 0-8 que dejó en 14 la diferencia (56-42), pero un tiempo oportunísimo de Alejandro Martínez devolvió el control total al Canarias que, a 3 minutos del último cuarto, elevó a los 26 la renta (75-49), consecuencia de la alta aportación ofensiva local y, a la vez, por el bajón de brazos que volvieron a protagonizar los visitantes, cuya imagen, al menos ayer, fue vergonzosa.
Lanzábamos en la previa la interrogante sobre qué Cáceres se iba a encontrar el Socas Canarias, si el que sucumbió estrepitosamente en la pista del Axarquía o el que ridiculizó al ViveMenorca. La respuesta llegó muy pronto, cuando sus porcentajes rozaban el ridículo -fallaron casi todo sus tiros exteriores- y el conjunto aurinegro sí hilaba muy fino arriba, acabando el periodo inicial con ese 32-18, en el que tres hombres brillaban cara al aro: Guillén (13), Jakim (8) y Heras (8).
En el minuto 8, Garrido relevó en la dirección a Iker, en lo que era el reencuentro del base peninsular, que fue recibido con una calurosa ovación por la afición. A escasos 23 segundos debutó en la "catedral" Randall Hanke.
Gran defensa sobre Francis.- En el segundo cuarto, el Socas Canarias siguió ofreciendo su mejor imagen, asfixiando con su defensa al Cáceres, pues además de amarrar el rebote, con Jakim-Richy acertados, la zona implantada se le atragantó.
En el minuto 13, la diferencia ya era de +16 (38-22), tras la primera canasta y posterior 1+1 de Hanke, si bien en lo negativo hay que poner la tercera falta del pívot, que lo llevó al banquillo.
Un 3+2 de un inspirado Chagoyen y un triple de Yáñez colocaron al Canarias 23 arriba (51-28). El número 5 local volvió a brillar en su trabajo defensivo, "secando" y hundiéndole la moral a Francis Sánchez, al que dejó con 4 puntos en los 40 minutos.
Guillén, con su punto 15, logró subir el margen a los 25 puntos (56-31), cerrándose el segundo cuarto con 56 a 34, un resultado de escándalo que hacía presagiar un final por encima de la centena.
Espejismo visitante.- Cuando el Cáceres firmó un 0-8 en el arranque del tercer cuarto, el temor a la reacción hizo acto de presencia en el pabellón. En apenas 3 minutos el rival había devuelvo la ilusión a su entrenador, pues estuvo acertado atrás y efectivo arriba, dejando la diferencia en 14 (56-42). Pero el "minuto" de Martínez puso las cosas en su sitio, con cuatro locales viendo aro con facilidad, todo ello ante un equipo que, de manera sorprendente, volvió a verse perdido y bajó escandalosamente los brazos.
Un 2+3 de Iker, un tercer acierto desde el 6,75 de Heras, además de las aportaciones de Richy, Jakím, Nacho y Jesús llevan el +26 al electrónico (75-49) ante el tremendo enfado de un Aranzana incapaz de poner remedio al nulo quehacer de sus jugadores, pues los 8 puntos de Taggart impidieron que el Canarias se fuera por encima de la treintena.
A 23 segundos de la conclusión de este periodo, Hanke dejó su puesto en el interior a Guillén, consecuencia de sus cinco personales. El público, puesto en pie, le despidió con otra ovación, como si quisiera decirle al USA "gracias chaval por esos 4 puntos y 2 rebotes". El parcial se cerró con 77-54, es decir, +23.
Desfile con más aplausos.- Poco hay que decir de los 10 minutos finales pues todo el pescado estaba vendido. En el 34, una "chapa" espectacular de Jakim a Forcada volvió a levantar la "catedral", incluso provocó la ola, en la que el Cáceres, desdibujado, terminó por ahogarse.
Dan Cage, inédito en las anotaciones, enchufó un triple que puso el +25 (88-63), a 3 del final. Rost logró su única canasta y estableció el +27 (92-65).
A 2:30, Martínez brindó a Guillén, con 22 tantos, una salida de pista como los toreros y la "fiebre amarilla" volvió a ponerse en pie para ovacionarle. A 1:40, cancha para el júnior Ormazábal, que se atrevió con un "alley-out" que Jakim no pudo "machacar".
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Señora paliza
El Socas Canarias, desde el salto inicial hasta el final, superó al Cáceres, que ya al descanso había encajado 56 puntos, con un gran ataque y mejor defensa



Norberto ChijebLa Laguna
Diario de Avisos.

El Socas Canarias pasó anoche como una auténtica apisonadora sobre el Cáceres, uno de esos proyectos hechos para grandeza y que tiene pinta de ser un proyecto fracasado a tenor de su manifiesta dejadez fuera de su cancha y de la anarquía de sus jugadores, pese a los cambios llegados al equipo con Gustavo Aranzana en el banquillo.

Ni siquiera el buen análisis previo del ex técnico del Tenerife sobre su rival le sirvió ayer para obstaculizar el juego dinámico de un Socas Canarias, que con Garrido recuperado y la incorporación de Randall Hanke, no tuvo en esta ocasión ningún desmayo en ninguno de los cuatro cuartos, sobre todo en los dos primeros, donde dejó sentenciada la contienda con un espectacular 56-34.

Desde el salto inicial, los canaristas salieron como si fuera una final, con el cuchillo entre los dientes y sin dejar respirar a su presa aunque la tuviera casi descuartizada a los dos minutos (8-1), con especial protagonismo para Richi Guillén. Ni siquiera el tiempo muerto de Gustavo Aranzana y su afamada zona 1-3-1 le sirvió de estímulo a los suyos, que terminaron el primer cuarto con catorce puntos abajo y encajando 32 puntos.En el segundo acto, la diferencia entre unos y otros tampoco varió, pese a la que Alejandro Martínez, aprovechando ahora la mayor amplitud de su banquillo, amplió las rotaciones, mientras que Gustavo Aranzana se volvía casi esquizofrénico -por momentos se pareció al futbolero David Vidal- en el banquillo sin que encontrara en los cambios de sus jugadores el antídoto para impedir la avalancha cual bola de nieve que se le venía encima ante la eficacia del ataque canarista, tan bueno en la pintura como en el exterior, terminando por anotar 56 puntos antes del descanso y superando por 22 puntos a un rival que se presumía capacitado para poner en discusión su victoria.Una discusión que pudo hacerse realidad si el amago del Cáceres en los primeros instantes del tercer cuarto, con un parcial de 0-8 hubiera tenido continuidad.

Sin embargo, un tiempo muerto de Alejandro Martínez y un triple de Jaime Heras cortaron de raíz la reacción cacereña, a pesar de la tercera falta de Jakim Donaldson. Bastó unos buenos minutos de defensa, la buena mano en los tiros libres y la inspiración en ataque de Iker Urreizti no sólo para impedir el acercamiento del rival sino para alcanzar la máxima renta, de veintiséis puntos (75-49) a falta de tres minutos para el último cuarto, aunque finalmente las distancias fueron casi las mismas que al descanso (77-54),con la anécdota de que para entonces los locales ya no contarían para los últimos diez minutos con Randall Hanke, eliminado por faltas.

Puestas las cosas así, el último cuarto apenas tuvo historia, o para ser exactos la única historia de conocer por cuantos puntos de diferencia ganaría el Socas Canaria, que fue capaz de llegar hasta los 27 de ventaja (85-58) aún a falta de cinco minutos, sin que Aranzana perdiera ya energía en motivar a una plantilla de plagada de buenas individualidades que dista mucho de ser un equipom que ayer no sólo estuvo flojísima en defensa sino nefasta en ataque, con especial mención para el Andrew Naymick (2 puntos y 0 rebotes) y el ex tinerfeñista Francis Sánchez (0 de 6 triples), sin olvidarnos del ex canarista Alex González o del ex La Palma, Perico Sala, incapaces de dirigir con acierto a los suyos.

Al final, conclusión clara que sacamos casi todos: que ojalá vuelva el Cáceres por aquí en mayo; será señal de que los nuestros estarán ya en play-offs de semifinales.

Un equipo solidario: veinte asistencias

Una vez más los pívots Jakim Donaldon (20 puntos, 9 rebote sy 30 de valoración) y Richi Guillén ( 22, 5 y 27) fueron los más destacados en números y valoración de los canaristas, pero anoche me quedaría también con el trabajo colectivo en defensa de todos y el gran comportamiento solidario en ataque con veinte asistenciasm con Donaldson (4) y Urreizti (3) los mejores pasadores.

Gustavo Aranzana: "Mejor me callo muchas cosas"

J. A. Felipe La Laguna

El preparador del Cáceres, Gustavo Aranzana, fue muy claro en su análisis:"Me quiero callar muchas cosas que hablaré con el equipo. Ha habio pocos rebotes porque nuestra defensa ha sido inexistente. Al descanso ya nos habían metido 58 puntos. No vale de nada trabajar el partido y no lo podemos hacer peor tácticamente. Cuando nos hemos puesto hemos tenido buena salida en el tercer cuarto, pero todo el plantemaiento se va al carajo en una mala salida"."Salimos del descanso con el mismo cinco inicial y lo que cambia es la disponibilidad, la agresividad y la concentración del equipo. Hicimos un 0-8 y a partir de ahí cometemos cuatro errores y dejamos trabajar. Es una sensación de incapacidad absoluta" finalizó.