LA PENULTIMA COPA.

PLASENCIA, SE AGENCIA LA COPA.

CACERES 2016 - 71: Carlos Cherry (6), Jeff Xavier (10), Francis Sánchez (8), Ryan Humphrey (12), Jelani McCoy (1) --cinco inicial-- David Mediano (8), Juan Sanguino (5), Chema Gómez (2), Lucio Angulo (6), Pablo Movilla (13).
PLASENCIA EXTREMADURA - 73: Antonio Bustamante (12), Rubén Martínez (15), Martín Calvo (11), Guillerme Gitterer (8), Andre Howard (5) --cinco inicial-- Chema del Río (0), Roberto Rueda (2), Javier Cardito (0), Mario Alvarez (0), Jonathan Barceló (18), Marko Sekulic (2).

ARBITROS: Rastrollo y Aguilera.

MARCADOR POR CUARTOS: 19-23, 43-35, 56-51 y 71-73.


Jose Antonio Bola González. -Cáceres- .

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Al Cáceres, le queda mucho. Herido en su orgullo por aquello de la rivalidad entre ciudades, el equipo de la capital, naufraga en su puesta de largo ante su pabellón, ansioso de una demostración que les haga agarrarse la cartera para sumar abonados.
Oportunidad perdida, en una noche que dejo a las claras la realidad que padece el baloncesto cuando cada año tiene que escriturarse.
Excusa no valida cuando el rival, mas bajo en categoría deportiva, se mueve con idéntico problema.
Plasencia, muy metido en la tarea, aprovechó la pájara cacereña para llevarse, y van dos, la copa Federación, esta vez, asaltando con premeditación, el pabellón Multiusos.
Para el recuerdo, aparte de una imagen pésima de un dueto arbitral que, ojala no sea muestra de cual es el estado de los colegiados extremeños; queda también, con vistas al equipo que ejerciera de local, la “mala imagen”, que dejara MaCoy en su primera aparición ante su grada.
Desde luego, el americano, aparte de jugar de marciano en un extraño planeta, poco aportó a la terna.
Pero como todo hay que ajustarlo a la medida de una pretemporada, en la que los partidos se cuentan por derrotas, poco queda de hacer historia de una batalla que únicamente emite resultado y daña orgullo. Como si eso fuera poco, claro.
En el trasfondo un partido picante, que dominara de inicio el equipo del norte. Luego, los de Cáceres, hicieron sus “mejores” minutos, para igualar y superar con la idea de matar el partido, cosa que puso sobre paréntesis ante el bocinazo de mitad de acto.
El reinicio de un tercer cuarto mediocre en ambos lados, favoreció que Plasencia se arrimara hasta dar la vuelta. El 2016 se asustó y tembloroso, mirando como no había cerrado el partido en su momento, miraba como su rival de provincia, le pasase para dejarlo helado en la memoria de una copa que no ha bebido en los dos últimos años.
El fin de semana mas preparación, esta, en Portugal. Pero la copa Federación o como se le quiera denominar a esta derrota, deja hueco en las vitrinas cacereñas y llenar de orgullo un Plasencia que llama a las puertas de un temporada en la Plata con ganas de llamar de tu, no solo en la cancha, a los cacereños.