jueves, 18 de diciembre de 2008

MALES MENORES.


VALLADOLID-CÁCERES. DOS EQUIPOS EN RACHA.
J. Antonio Bola González.
Cáceres............................
Las tendencias que se marcan son las que dejan huella. Una vez que la última salida del Cáceres 2016 tomase cuerpo de victoria en la cancha del Tenerife, tras ganar a Los Barrios con una semana de anterioridad, y a posteriori del paso por la cancha tinerfeña, saldar con victoria el partido ante La Laguna, la semana pasada; el equipo en alza que dirige Manuel Piti Hurtado, encamina el partido ante todo un equipo ex ACB con alturas de mira que, encaramado en la tercera posición de la regular, aspira a sumar una victoria a la racha de cinco consecutivas que lleva.

Para muchos, es el partido del momento en cuanto a consenso de juego en esta Leb Oro. Ante el +3 de los cacereños, el Valladolid opone las victorias consecutivas ante La Palma, Rosalía, (cuyo técnico Feliz Muñoz ha dimitido por motivos personales), Alicante, Melilla y Tenerife, estos tres últimos laureados con la vitola de favoritos al ascenso directo. No esta pues el equipo vallisoletano, precisamente en momentos de “pera en dulce”. Pero por aquello de que el Cáceres comienza a respirar, a pesar de seguir manteniendo las ausencias de Moss y Panadero, el partido se convoca en una expectación de medir el significado de cuarenta minutos de buen y emocionante baloncesto.

Antecedente a modo de derrota en la pretemporada de un Cáceres que desde entonces ha entonado mucho su orquesta. En aquella fecha un amistoso resultado de 85-79, valiera de rodaje a los de Piti que acomodaban rodamientos en la recién estrenada categoría. Por aquellos tiempos, ni idea hubiera de la existencia de Wayne Simien, que por cierto recibió a su segunda hija en la ciudad que le acoge como profesional del Baloncesto el pasado martes.

Precisamente, Simien vislumbra al quien le hace sombra en la Leb Oro como el mejor en el puesto de pívot. Robert Battle es junto a su compatriota en Cáceres, una de las sensaciones de esta Leb Oro que esta semana viera como perdía a la atracción Barbour de baja definitiva en Tenerife en busca de otros vuelos de mas altura.
Battle es una jugador atlético donde los haya, versión que apuesta en demasía para organizar un buen juego interior amparado en su envergadura y complexión. El solo ha dejado la bonita cifra de veinte tapones en las estadísticas de los de Pucela, siete de ellos en su paso por Tenerife en la jornada anterior.
Promedia el de Filadelfia, 16,46 puntos en 32,09 minutos. Añade a esto un porcentaje de tiros de campo en un 55%, 70% de tiros libres, 9,69 rebotes y una valoración de 22,9. Sin titubeo, se trata de, el hombre clave en el equipo de Pofirio Fisac, un segoviano de 43 años que tiene como reto llevar al puesto en ACB a este equipo que olvidara una campaña pasada, con un descenso trágico tras una buena primera vuelta.
La directiva pucelana, confió a en Fisac que ya posee crédito a la hora de demostrar capacidad en los ascensos. Ya lo viviera con el Bruesa en la misma categoría que ahora entrena.
El grupo creado por quien también llevara al Doncel la Serena de EBA a LEB 2, es un conglomerado complicado de doblegar. Al mencionado Battle, se unen en el juego de zona Baldo, Jorssen y Ruikis. En la dirección el tiempo se lo reparten Dumas, Hernández y Pujada. En el perímetro residen Van Lacke y el local De La Fuente. Tapando carencias y haciendo de pívot mas bajo llegado al alero, el griego Pavlidis.

Mantienen buenas entradas en su pabellón; por donde pasaron este año, encontrando la derrota, Axarquia, Los Barrios, Vic, Rosalía y Melilla. Tan solo Lérida sacaría agua del mítico pabellón Pisuerga, donde buenos tiempos amparados en el mitológico Forum Filatélico, hacen recordar tiempos de esplendor de la canasta castellana.

Y allí llega el Cáceres 2016, sin complejos y en el camino de ser uno mismo, de encontrarse en la optimización de recursos para sacar provecho a todo lo que tiene. Un fascículo mas de la colección que se tomara el respiro navideño dejando como mal menor, el mismo numero de victorias que de derrotas en el casillero cacereño. Pero antes hay que vivir al menos veinte minutos de baloncesto en Valladolid.

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