PÁNICO EN EL MULTIUSOS.

EL CÁCERES SUCUMBE ANTE EL MALLORCA.

Cáceres 2016, 82: Sala (3), Angulo (12), Sánchez (11), Holcomb (14), Guaita (2); Naymuck (23), Pavel(0), Sanguino (9), Dedas (0), Alex (8), Forcada (0), Fornas (0).

Mallorca, 85 : Grenn (7), Bonds (1), Blanch (12), Amador (26), Carles(4); Alzamora (6), Riera (13), Llompart (3), Pampin (8).

Marcador: 17-14, 32-42, 56-63 y 82-85.
Parciales: 17-14, 15-28, 24-21 y 26-22.

Árbitros: Martínez Prada y Palenzuela Pastrana.

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J. Antonio Bola González.

Cáceres.

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Oprimido por su presente, el Cáceres volvió a caer en casa.
Ofuscado en su que hacer, encontró la derrota ante un Mallorca que presumiera de buen hacer y luchó por sacar su partido. Definido en como presentar credenciales de que y como lo quería, el equipo balear supo aprovechar los malos ratos de los locales, que continua teniendo en exceso, y aprovechó la escasa aportación anotadora de parte de la rotación extremeña. No contribuyeron nada a su equipo hasta cuatro de los doce jugadores que posee la nómina cacereña, Pavel, Dedas, Forcada, Fornas. El visitante, se llevó el partido con nueve peones.
Compenetrados y apretando en los ratos esenciales. Por contra, resulta justo evidenciar la valoración del Cáceres, visitando tres cifras, 100, mientras su rival, aparcase su triunfo en 63.
Ayudó y mucho en ello, Naymick. El pelirrojo se puso el partido por motera y capitaneó la anotación, reboteó, taponó, luchó, corrió. Su resultado, a pesar de quedarse en el nacimiento del objetivo, se transitó hasta los 23, valorando 35, tras sisar siete rebotes y taponar cuatro veces al contrario. Pinta bien el americano. Su paisano, no termina de espesar. De Holcomb, se espera más. En partidos como el de hoy, mucho más.

Del Mallorca, lo dicho. Hizo su partido. Conjugó el tiro exterior, mientras el Cáceres le dejara. Sacó la ventaja necesaria para llegar al final con el partido administrado, solo necesitado de firmar el cierre.

Aranzana, aun tiene corte. Mucho. El equipo continua estresándose cuando mira desde abajo el marcador. Le cuesta perseguir. Y eso que en esta ocasión remontó y empató, para dejar vivo al contrario y volver a perecer en la angustia de la travesía.
Tuvo mordiente a ratos, el primer cuarto, a pesar de titubear al comienzo, lo desgastó el 2016 muy metido en la riña, buscó las riendas, sabedor de que, en la batalla, perder el respeto del rival equivale, en oponentes como los mallorquines, a casi suicidio.

17-14, en los primeros diez, para fracasar con espesura en el segundo. Mallorca diera la vuelta al calcetín y le hizo 28 puntos a la canasta cacereña. Los de Aranzana, yacieron en 15 y diez por debajo en el descanso, 32-42.
Olía mal, en la tregua. El Cáceres había perdido el perímetro, solo Sanguino presentó pundonor, excepción realizada de Naymick, que, para entonces opositaba al pabellón de nobles en la torre del Guardián, ese que pulula por este blog.

Enganchada de nuevo la contienda, remaba el Cáceres en la dificultad. Se rehizo, y poco a poco miró el cogote mallorquín. Aprovechando su defensa, Aranzana y los suyos se apretaron los machos para hacer los mas complicado, empatar a 49 en a falta de 5 minutos para el tercio. Tres minutos después, y el esfuerzo fue vano. 49-59. El abierto juego visitante, y su movimiento de balón, para buscar tiro, hizo aguas en el dique local. El 24-21 del parcial, no se hizo suficiente para cortar la sangría.

Se estrechó el último trance y el sabueso Cáceres oliera a su presa de cerca 56-70, a falta de 7,32. Ahí, misma tirada y otra vez la diferencia de los forasteros se alejaba a diez.
Hizo de todo Gustavo Aranzana con sus piezas. Nulos todos los intentos. No estaba para Cáceres el partido. Mas que nada, porque no jugó mejor que su rival en el global del choque. No se impuso, más que en la calidad parcial de parte de sus jugadores. El resto, poco más que mirar hicieran.
La inercia del marcador, se apuró por aquello de recortar y jugarse el todo a modo de épica, esa a la que tanto se atiende en este deporte. No se pudo. La distancia, a pesar de ser escasa en tramos, siempre pareciera mas larga de lo real. Ni el marcador final 82-85, relata la mañana vivida.

Precisa más este Cáceres. Mucho, para dejar de jugar con las cosas que se comen. Dicen que vivir con el fuego, acaba por quemar a quien osa hacerlo. Cosa que nadie duda. En el puesto catorce, el panorama se nubla y el frío de la cola, corta alientos.
Si cualquiera cree que puede sumar en tu pabellón, la cosa se complica. De eso saben muchos equipos que coquetearon con el precipicio.

Estadísticas:

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