BURGOS ESPERA A UN CÁCERES NECESITADO.
Expresado está: no queda otra que vencer. El Cáceres se acerca mañana a Burgos, para salir de un atolladero al que sus circunstancias le ha llevado.
El toque de atención dado por Aranzana el pasado domingo tras el partido perdido ante Mallorca, cuya vigencia, se mantiene en grado alto, hace, del viaje a Burgos, un acontecimiento envenenado.
Los Castellanos, no son un dulce. Se trata de ese partido que llega en momento menos indicado. O no.
Como terapéutica, una victoria en el fuero burgales, sin lugar a dudas, animaría el plan, una vez que las opiniones sobre el beneficioso calendario que se acerca, se aúnan como objetivo en el cambio de dinámica. Planes y cuentas que se les llaman.
Lo palpable, los resultados. Gustavo Aranzana fue conciso. Aplicando la vieja norma de aprender de las derrotas, proclamó a modo de lección, que su equipo no defiende. Pruebas tiene de ello. Si encajas muchos puntos, pierdes opciones de ganar. En tu cancha, más.
Sincero el de Valladolid, administró el tiempo de la capitulación, para dejar claro a los jugadores bajo su mando, que quien no se apriete, no sale en la foto.
Justo lo que necesita este equipo, porque negarlo. Reconocidos los defectos, no queda otra que poner coto a estos. ¿ Como?. Como sea. Aranzana se juega mucho en ello, es presumible. El entrenador, llegado a los banquillos después de un “paron” competitivo, vive ese momento de resurgimiento para el presente del baloncesto, desde el punto de vista del desafió. Ahí entra el Cáceres.
En el mismo sentido, mas tropiezos, comienzan a parecer arto preocupantes. La presión de una hipotética derrota en Burgos, hiciera, con toda seguridad, el siguiente cruce en casa, una bomba de relojería para los jugadores, nada deseable para su hábitat.
La ecuación es compleja. En tierras castellanas, Burgos, espera al 2016 tras caer en Lugo, 80-76. Con periplo en ganancias, seis victorias, cinco derrotas, el conjunto que gobierna otro rokero de las LEB, Andreu Casadeval, no se sospecha sencillo de batir. En sus filas, aparte del conocido Blair, siempre en lo alto de las valoraciones, el entrenador catalán, posee una sementera que apunta cosecha. Chistopher, Morley, Corrales, Cagiao, Aloysius .... brindan tajo al visitante extremeño. En puestos de play, los locales, intentan sumar en su hacienda como imperativo.
Se antoja este Burgos, como el rival que siempre se esperanza. Si Aranzana pretende poner a prueba a su cuadrilla, tiene contendiente. La respuesta al órdago lanzado, por el entrenador, a sus jugadores, especula con el acontecer en el devenir cacereño.
Expresado está: no queda otra que vencer. El Cáceres se acerca mañana a Burgos, para salir de un atolladero al que sus circunstancias le ha llevado.
El toque de atención dado por Aranzana el pasado domingo tras el partido perdido ante Mallorca, cuya vigencia, se mantiene en grado alto, hace, del viaje a Burgos, un acontecimiento envenenado.
Los Castellanos, no son un dulce. Se trata de ese partido que llega en momento menos indicado. O no.
Como terapéutica, una victoria en el fuero burgales, sin lugar a dudas, animaría el plan, una vez que las opiniones sobre el beneficioso calendario que se acerca, se aúnan como objetivo en el cambio de dinámica. Planes y cuentas que se les llaman.
Lo palpable, los resultados. Gustavo Aranzana fue conciso. Aplicando la vieja norma de aprender de las derrotas, proclamó a modo de lección, que su equipo no defiende. Pruebas tiene de ello. Si encajas muchos puntos, pierdes opciones de ganar. En tu cancha, más.
Sincero el de Valladolid, administró el tiempo de la capitulación, para dejar claro a los jugadores bajo su mando, que quien no se apriete, no sale en la foto.
Justo lo que necesita este equipo, porque negarlo. Reconocidos los defectos, no queda otra que poner coto a estos. ¿ Como?. Como sea. Aranzana se juega mucho en ello, es presumible. El entrenador, llegado a los banquillos después de un “paron” competitivo, vive ese momento de resurgimiento para el presente del baloncesto, desde el punto de vista del desafió. Ahí entra el Cáceres.
En el mismo sentido, mas tropiezos, comienzan a parecer arto preocupantes. La presión de una hipotética derrota en Burgos, hiciera, con toda seguridad, el siguiente cruce en casa, una bomba de relojería para los jugadores, nada deseable para su hábitat.
La ecuación es compleja. En tierras castellanas, Burgos, espera al 2016 tras caer en Lugo, 80-76. Con periplo en ganancias, seis victorias, cinco derrotas, el conjunto que gobierna otro rokero de las LEB, Andreu Casadeval, no se sospecha sencillo de batir. En sus filas, aparte del conocido Blair, siempre en lo alto de las valoraciones, el entrenador catalán, posee una sementera que apunta cosecha. Chistopher, Morley, Corrales, Cagiao, Aloysius .... brindan tajo al visitante extremeño. En puestos de play, los locales, intentan sumar en su hacienda como imperativo.
Se antoja este Burgos, como el rival que siempre se esperanza. Si Aranzana pretende poner a prueba a su cuadrilla, tiene contendiente. La respuesta al órdago lanzado, por el entrenador, a sus jugadores, especula con el acontecer en el devenir cacereño.
2 comentarios:
Aranzana, vende y compra, es tu única salida si no sales antes.
Si los jugadores no quieres correr, no lo van a hacer, estoy seguro, ni contigo ni con nadie. Manda a la calle a dos o tres y verás cómo cambia el equipo, al cien por cien. Para que sepas quién eres, coño.
ES CIERTO, SI LOS JUGADORES NO QUIEREN CORRER NO LO HARÁN, DEMUESTRALES QUIEN ERES ARANZANA
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