miércoles, 23 de diciembre de 2009

OTRA RONDA. PAGO YO.

UNA DERROTA CASERA MÁS.
CÁCERES 2016, 74- PALENCIA 78.
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José Antonio Bola González.
Cáceres.
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Cáceres 2016: Sala (8), Dedas (0), Sánchez (17), Holcomb (6) y Naymick (7) –cinco inicial. También Ermolinski (2), Sanguino (0), González (11), Guaita (6), Forcada (3), Angulo (8) y Fornas (6).
Palencia Baloncesto: Camps (18), Bravo (3), Riveiro (2), Reynolds (6) y Arteaga (18) –cinco inicial. También. Martínez (0), Brown (2), Bustamante (15), Mirotic (14) y Lewis (0).
Parciales: 21-26, 13-17, 16-18 y 24-17.
Árbitros: José María Terreros y Jorge Martínez.
Incidencias: Unos 1.700 espectadores en el Pabellón Multiusos. Hubo que interrumpir el partido primero para arreglar el cronómetro y luego para subir uno de los aros, que estaba caído.
Al Cáceres nadie le respeta. Llegado este punto, su cancha es acceso para cualquiera que se plantee captar beneficio. El equipo que regenta el Multiusos, origina un cisma, partido en casa si y al siguiente también. No hay respiro, no se emiten mejoras en la práctica y en la virtud de ser anfitrión. Cualquiera puede llamarle de tu en su terreno y sacarle los colores de sus muchas deficiencias.
¿Que males acusa el Cáceres? Muchos. Aranzana ha dotado al equipo de valores, pero les falta garra. Ausencia mucho sentido, incluso de la orientación a la hora de competir, que heredaron del anterior entrenador y que aun perdura en su estado.
Esta noche dieron demostración de muchas cosas que de todos es sabido. El Cáceres posee números en su plantilla, pero solo eso. Es complicado explicar como un plantel de doce hombres, se queda corto.

Jugó el Cáceres un partido postrado, a merced de su rival, un Palencia que gano en la ciudad cacereña, su primer partido lejos de su sede. Un Palencia que esta llamado a luchar por que su semáforo no esté siempre en rojo. Un Palencia que formuló su partido para dominar el marcador, para marcar el tiempo de las cosas, para ser dueño. El Cáceres no le hizo sombra, excepción realizada de los suspiros finales, que ni eso. Cosas de esta temporada en la ciudad patrimonio.
La noche fue toledana. Los síntomas no tardaron en aparecer. Hubo momentos que el desastre no pudo ser mas grande. A los cuatro minutos ya estaba abajo el equipo de Aranzana. Ahí murió, ante la desesperación de su entrenador que nada cuadraba.
La primera distancia de miedo, la firmó el cuadro palentino a 3,51 de la primera parada, 11-18. Paró el asalto el técnico cacereño y respiró un poco su equipo con el oxigeno de Sánchez. Remando a todo brazo, la distancia menguó por segundos, pero el cuarto cayera de lado forastero. 21-26.

En el segundo tramo, la distancia se alargó. El equipo local no serbia esta noche ni para mandar ni para protestarle a su dominador. Palencia, una vez tomado el mando no estaba dispuesto a prestarlo. Los segundos diez minutos evidenciaron más de lo mismo. Aquí cometió Holcomb su tercera lastrada falta. Se borró del partido.
Fueron diez minutos para aplicar la bondad de un Cáceres que cuando juega de la manera que lo hizo esta noche, hace bueno a cualquiera.
Lejos de acortar distancias, éstas, fueron alargadas hasta los nueve puntos. En el descanso, 34-43. Olía mal la tregua.

En la semana, se había hablado en la prensa castellana, del malestar de los palentinos por el trato que venia recibiendo de los árbitros. Esta noche, pueden borrar algunos renglones de la queja. Los jueces, emitieron ese recital al que acostumbran estos valientes hombres, que utilizan el silbato para juzgar un juego del que casi no conocen sus reglas.
Un zarpazo en el paciente Angulo, terminó en técnica, contra el bueno de Espinosa, para regentar la distancia de mas trece, 36-49. No fue sola esa acción con la que los árbitros tiñeron la noche de mas desastre aun. Sin excusar el cataclismo cacereño, arbitrajes como el de la noche, invitan a muchas cosas más rentables que sentarse en un recinto deportivo. Así que, mejor aparcar tales deseos. Más en estas señaladas fechas.
El tercer cuarto fortalecería el colchón visitante. A poco que administrase, y visto lo ocurrido hasta entonces, poca operativa demostraba el Cáceres, para bajar de los diez puntos de bálsamo castellano. Siempre a rueda, el equipo local, miraba el dorsal de los palentinos que sacaron petróleo de las muchas pérdidas y fallos en los cacereños, de los que poco se puede ofertar en cuanto a resaltable en la velada.
Por entonces, y entrando de deriva en el cuarto final, solo el toque de corneta para y por arresto de los jugadores de negro, representaba algo de esperanza.
El apretón en nombre del honor, acortase las distancias, las menguo, pero solo en puntos, porque la tirada, igual que le pasa siempre a este equipo, cuando habita por debajo, se hace extensa e insalvable. La señal que expone el Cáceres, es de no saber ni vivir por encima, ni apretar para remontar. Seria algo así como intentar creer. Nada de nada. Porque el final de la noche, aguó con más demasía el requiebro final.
El pundonor se escapo por el crédito ganado y no se acercase a menos de tres puntos. Eso si, la respuesta a los momentos decisivos, siempre recayeron en el mismo lado, el Palentino. Desquiciado de si mismo, el equipo cacereño, dobló una vez mas la rodilla en su territorio. Camuflado el resultado, 74-78, la desdicha de no terminar por encima enfrió mas la noche.
El Cáceres, debe ofrecer algo mas en su parquet, que duda cabe. Debe ser, al menos, ese equipo que deje de invitar a cualquiera, a sentarse a la mesa del triunfo en una cancha, que comienza a tener mas suspiros de los necesarios en sus verdes butacas, mientras los diversos diagnósticos, no terminan de enmendar la enfermedad, quizás demasiado enquistada en este Cáceres.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya tela

Anónimo dijo...

"Aranzana ha dotado al equipo de valores, pero les falta garra. Ausencia mucho sentido, incluso de la orientación a la hora de competir, que heredaron del anterior entrenador y que aun perdura en su estado."
Mal, muy mal Guardián, has perdido con este párrafo tu proverbial objetividad y coherencia literaria. ¿Que valores dices?. ¿Quien orienta ahora?. Reflexiona. Socio 745

Guardián de la Torre dijo...

Válgame Dios, otro exceso navideño ha nublado el sentido del socio 745, pues no veo mi firma en este manuscrito. Arremeta Vd. contra mi jefe el Sr. Bola, que no ha de hacerme daño lo que yo no coma ni beba, si bien lo que el diga, dicho está. Ni de vacaciones queda uno tranquilo en esta torre.
Paz y bien para todos y serénense vuestras mercedes que pronto nos visitará Dña. Victoria.

Guardián de la Torre.