OTRA DE ARENA.

VICTORIA INMENSA PARA SER GRANDE.

CÁCERES 2016, 82.

B. LEÓN, 59.

Cáceres 2016, 82: Cherry 10, Angulo 13, Sanchez 8, Taggart 14, Naymick 5- Sala 5, Sanguino 13, Forcada 4, Berzins 7, Dedas 3.

Baloncesto León, 59: Bernabé 5, Raeder 12, Rochia 6, Iturbe 2, Humphrey 16- Fernandez o, Antelo 7, Calvo 5, Fonlet 6.

Parciales : 22-12, 20-21, 27-18 y 13-18.

Marcador por cuartos : 22-12, 42-23, 69-41 y 82-59.

Arbitros: Uruñela y Zamora.

José Antonio Bola González.

Cáceres.

_______________________

Como no se presenta una idea mas convincente, no queda, si no quedarse con la realidad. El Cáceres está apuntado a no saber que palo tocar. Esta noche, ante León, se alineó con la imagen de equipo grande, de fuerte rival y arrollador baloncesto en su terreno. Aranzana, a kilómetro cero, de sus dominios, gana enteros y sus jugadores entienden de la importancia de ser un equipo y jugar buen baloncesto. Emitió el grupo de Cáceres, un partido de renombre, pegado en la defensa y ganando los rebotes con solvencia.

Y la historia, entonces, se repitió. Igual que tras el fiasco de Málaga, cuyos platos rotos recogiera Breogan, el desastre de La Laguna, la cobró el León, un equipo tocado desde el salto inicial para terminar hundido en el bocinazo final, traveseando por distancias de escándalo, casi de sueño, de mas de treinta puntos. Como, la duda ahora vuelve a ser el futuro cercano, quedarse con el partido de esta noche, hace de Cáceres un equipo acostado en el puesto noveno que angosta la idea de no saber que sitio seria el actual si los mencionados “tortazos” no hubieran tenido nombre.

Lo cierto es que, el Cáceres, ofició de grande una noche mas en su casa.

Se llevó el partido con la calma de saber estar, dominar el momento, ganar la tabla y no permitir opciones de tiro ni pase. Ahogando.

La primera ventaja clara, marcó el devenir del partido y deja enigma de como, esta noche no dejó subir de 59 puntos a su rival, mientras hace tres noches, encajara tres menos en tan solo veinte minutos.

La certeza la ponen lo números. El primer cuarto ya dejó claridad, no solo por ellos, si no por el momento, por la realidad y por el juego fuerte de los de casa y concreto, obtuso y enmarañado de los que rendían visita.

Se marchó de doce en los primeros diez el Cáceres, 22-10. En el segundo acto, un solo punto más le dejó hacer a su rival. El descansó en 42, por encima la estimulante cifra de 19.

Concentrado, sentado y puesto, el Cáceres muerde arriba.

Así, genera ventajas y rompe el ánimo de su contrincante. Lo arrastra durante toda noche, para rematarlo, tal y como hiciera en los terceros diez minutos, justo donde y cuando, terminara de liquidar su presa. Un mate de Tagart, mas efectivo esta noche, mas metido y menos patoso en faltas, marcó la distancia de treinta en el minuto 29. Partido hecho. Hecho porque había mantenido la tendencia anotadora que la ventaja ganada le imponía.

Unos minutos antes de ese mate, una jugada de garra con hasta tres rebotes y robos, dio ejemplo de lo que la noche fue.

El Cáceres reinó siempre. El en tercer cuarto se coronó. Las ventajas traslucieron un buen trabajo de grupo, todo el que jugase aportó, doblando con ventaja la valoración de su rival. Para ello, Samguino se reivindicara, 13 puntos de brillante rotación. El cacereño se hizo grande. Angulo aumenta su valía. Una explicación de porque Lucio se merece mucho, es como despunta en este equipo. Pura profesionalidad. Mejorado Tagart, buen partido, Cherry intermitiera otra buena velada. Secundaron efectivos Sala, Forcada y Dedas. Naymick, menos anotador que otras ocasiones, se hizo grande bajo los aros. Francis, mas defensivo que anteriores noches, propuso tiros para aparcar en ocho puntos. Berzins camina, al menos, como todos, en casa, por mejor senda.

La que se hiciera que el cuarto final fuera para salvar el average, orden emitida por los dos entrenadores. Unos por debajo y otros por lo alto. Al final el Cáceres rayó otra victoria de grandeza y se llevó el duelo final. De fuerte y otra vez, paso adelante, paso hacia atrás.

León poco ofertó, escaso en el cuerpo a cuerpo, evidenció falta de ideas, ante bajas que suma y el desenlace del partido como prueba evidente de la superioridad local.

Ese es el punto y final de la enésima recomposición en la temporada. Pero... ¿y si fuera la definitiva?. Entonces este Cáceres daría miedo. Mucho miedo.