opinión.
RESTABLECER EL ORDEN.
Han sido muchas cosas las acontecidas en la última semana. El tema Harper, doloroso y espinoso asunto, que por parte del club queda finiquitado. El tema arbitral, presente en todos los coloquios canasteros de nuestra ciudad, siendo infértiles conversaciones, igual que las muchas que intentan arreglar el mundo en la desesperanza de su inutilidad, creando una presión al aficionado cacereño, en la creencia de ser este un pabellón, no respetado por los del silbato, además, de dar la sensación de venir predispuestos a la provocación de nuestra afición con sus desafortunadas, partidistas e inadmisibles actuaciones (pude confirmarlo en la retrasmisión del partido de Canal Extremadura (Domingo a las 10 h)) y por supuesto, la desesperación de nuestro banquillo (casi a técnica por partido), que parecen, no aprender nada, pues contra estos individuos, no queda otro remedio, ir sobrados, es la única solución, no podemos consolarnos cada vez que se pierde un partido en achacar la derrota al nefasto papel arbitral.
Por último, el incomprensible comportamiento del Sr. Moss, el cual, aun cuando él crea tener sus razones, bien podía canalizar su temperamento para derrocharlo bajo la canasta y no contra su compañero. Vergüenza ajena, sentí cuando desde mi torre pude ver el empujón que dio al Sr. Diego Guaita, sufridor incrédulo de la situación que se desataba, mientras, el Sr. Hurtado quedaba obligado a sentar en el banquillo al insubordinado temperamental, que todavía, seguía dando la nota, mientras el Sr. Panadero y Mario Sagalás intentaban inculcar raciocinio al jugador.
Por eso, queda claro que hay una necesidad imperiosa de restablecer el orden, desechar preocupaciones ajenas a lo deportivo, ocupando el esfuerzo mantenido en la baja federativa del Sr. Williams. En otros campos, actuar, si esto es posible desde la propia institución con demostraciones gráficas a la federación o donde corresponda, para que la imparcialidad sea una constante en la aplicación del reglamento en los próximos partidos y por supuesto, queda de la mano del Sr. Hurtado, controlar la disciplina de sus jugadores en lo propiamente técnico (jugadas, engranaje de equipo, defensa…), como en la mala educación y el libertinaje de alguno de sus miembros dentro de la cancha, pues claro está, que lo temperamental, no es excusa para la desobediencia, menos en un partido oficial, aprovechando el enorme potencial que tiene a su disposición sin mas preocupaciones que preparar los partidos como él crea y estime oportuno.
Señores, sigamos disfrutando con este deporte, con ética, no demos pies a nuestros adversarios, en pensar que tenemos debilidades, demostremos nuestra clase, robustez y talento, para que nunca puedan abrir una brecha donde aparezcan nuestras miserias, perder hay que perder, no se puede ganar siempre, lo malo es, saber que lo ganado, está perdido.
Por último, el incomprensible comportamiento del Sr. Moss, el cual, aun cuando él crea tener sus razones, bien podía canalizar su temperamento para derrocharlo bajo la canasta y no contra su compañero. Vergüenza ajena, sentí cuando desde mi torre pude ver el empujón que dio al Sr. Diego Guaita, sufridor incrédulo de la situación que se desataba, mientras, el Sr. Hurtado quedaba obligado a sentar en el banquillo al insubordinado temperamental, que todavía, seguía dando la nota, mientras el Sr. Panadero y Mario Sagalás intentaban inculcar raciocinio al jugador.
Por eso, queda claro que hay una necesidad imperiosa de restablecer el orden, desechar preocupaciones ajenas a lo deportivo, ocupando el esfuerzo mantenido en la baja federativa del Sr. Williams. En otros campos, actuar, si esto es posible desde la propia institución con demostraciones gráficas a la federación o donde corresponda, para que la imparcialidad sea una constante en la aplicación del reglamento en los próximos partidos y por supuesto, queda de la mano del Sr. Hurtado, controlar la disciplina de sus jugadores en lo propiamente técnico (jugadas, engranaje de equipo, defensa…), como en la mala educación y el libertinaje de alguno de sus miembros dentro de la cancha, pues claro está, que lo temperamental, no es excusa para la desobediencia, menos en un partido oficial, aprovechando el enorme potencial que tiene a su disposición sin mas preocupaciones que preparar los partidos como él crea y estime oportuno.
Señores, sigamos disfrutando con este deporte, con ética, no demos pies a nuestros adversarios, en pensar que tenemos debilidades, demostremos nuestra clase, robustez y talento, para que nunca puedan abrir una brecha donde aparezcan nuestras miserias, perder hay que perder, no se puede ganar siempre, lo malo es, saber que lo ganado, está perdido.
3 comentarios:
Creo que no se debe hacer más leña de lo de Moss, supongo que el entrenador sabrá atajar el problema y el tener la disciplina que tiene que tener.
Los arbitros unos cabrones aquí en nuestro pabellón, son malisimos, pero los partidos los tenemos que ganar nosotros, si estamos como bien dices sobrados no tenemos que preocuparnos del resultado, lo que pasa que estamos siempre justitos.
Guardian.
Entiendo que lo de Moss es grave, pero las cosas se arreglan dentro del vestuario. Todo se olvida si las posibles carencias se solventan y ganamos partidos. Eso si, siendo mejores que el rival, el otro dia no lo fuimos.
los arbitros,¿ que decir que no sea real?.
Muy interesante tu articulo Guardian de la Torre.
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