AL FILO DE LA CANASTA.

Cuestión de complejos.

Viendo los últimos partidos de nuestro querido equipo, no pude por menos, recordar las vivencias de mis primeros años. Hace ya unos cuantos, este que aquí narra, encontrándose en ese periodo padecido por generaciones, llamado “la edad del pavo”, patilargo, lleno de granos, canijo e indefenso sufridor de todo, con una mente repleta de nada, receptor de collejas por acciones absurdas de las cuales no pienso que fuera merecedor, o tal vez si y muchas otras situaciones incomodas, hizo que entristeciera sin remedio, acobardando mi espíritu al extremo de no saber que hacer en cualquier avatar que me presentara la vida. Gracias que ese periodo es temporal, algo así como una enfermedad pasajera a la que nadie da importancia, solo el que la sufre, un síndrome que nubla el entendimiento, mal consejero de la realidad, acaparador de perjuicios absurdos que impulsan al que lo padece a errar continuamente en sus decisiones, entrando en una espiral de despropósitos imposibles de parar.

Cáceres 2016, un caballero dotado, bien armado, su mano izquierda sustenta un regio escudo para su defensa, la diestra empuña la espada que lucha en ataque, todo perfecto hasta el momento en el que aflora su complejo. Miedo a ganar, se desatan las correas que sustentan la armadura, enseñando al enemigo nuestro flanco más débil, los brazos sueltan entonces el escudo y la espada para tapar nuestras vergüenzas sintiendo la desnudez absoluta. El enemigo, que es sabio, aprovecha ese momento para dilapidar todas las artes, ya no respira, el caballero se ha convertido en mendigo, suplicando abundancia de limosna en forma de tiempo cronometrado.

Animo, valientes, vuestra lucha son los colores que defendéis, queda derogada la adolescencia de vuestras mercedes, ni armaduras, ni armas, la victoria se consigue con puños y dientes, fuera complejos, el aro enemigo ha de pagar las consecuencias de la rabia contenida, disfruten y vencerán.

Guardian de la Torre.